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Estrategia Climática de Largo Plazo de Chile-2050

La Estrategia Climática de Largo Plazo (ECLP) es el instrumento orientador de la política climática de Chile para alcanzar la neutralidad de emisiones de GEI y aumentar su resiliencia a más tardar al 2050. Este instrumento, realizado participativamente, busca que todos los territorios y sectores de la economía nacional incorporen el cambio climático en su gestión y planificación a través de planes sectoriales de mitigación y adaptación y de planes de acción regional y comunal de cambio climático. Su objetivo es la descarbonización progresiva de la matriz eléctrica y de procesos productivos, y también, un cambio en los patrones de consumo relevando la importancia de la economía circular, fomentando el acceso a la información y participación en la gobernanza climática.  

Derecho a la información / Derecho a la participación (8.1.2)

Para lograr los objetivos de la Estrategia, se va a promover y fomentar el acceso a la información y la participación ciudadana en la institucionalidad y gobernanza climática de Chile para asegurar la eficacia, calidad y legitimidad de las decisiones y acciones para enfrentar el cambio climático en todos los niveles del Estado y sectores de la política pública, incorporando además el enfoque de género.

Derechos:
Transparencia activa (2.2, 2.3, 4.2, 4.3, 8.1.2)

Para responder a la complejidad de la adaptación se contará con plataformas de uso público para apoyar la toma de decisiones, que integrará una sólida base científica de escenarios climáticos y proyecciones de impacto, la sensibilidad de los sistemas afectados por el cambio climático y opciones de adaptación en los diversos sectores.

Se creará un Observatorio de Cambio Climático a través del Ministerio de Ciencia con el objetivo de poner a disposición de la ciudadanía y los expertos datos de cambio climático, bajo estándares de interoperabilidad, con objeto de aprovechar la información existente en el país. Entre los componentes del Observatorio habrá una Plataforma de Acceso a Datos, que de manera virtual y descentralizada integrará los datos de observación de la Tierra, conectada a las diversas fuentes de dicha información (e.g. servicios públicos y centros de investigación).

Se crea el Atlas de Riesgos Climáticos (ARClim) que es una plataforma web integrada y que presenta el riesgo relativo frente al cambio climático, considerando proyecciones bajo el escenario de emisiones de gases de efecto invernadero. La información deberá ser considerada por los encargados de planificación nacional, regional y comunal, tanto públicos como privados, para la identificación de zonas que requieren mayor atención de acuerdo al riesgo relativo que presentan.

Respecto a la implementación del Monitoreo, Reporte, Verificación y Evaluación de indicadores de pro - ceso para la adaptación al cambio climático del país, se considerará estandarizar procesos e indicadores y establecer criterios comunes que los hagan comparables y confiables, como también dar transparencia al proceso de monitoreo y evaluación y será de acceso público.   

Se dispondrá públicamente información relevante y veraz sobre cambio climático promoviendo la apertura de datos de interés para la acción climática a modo de que sea información accesible, comprensible y reutilizable que ayude a orientar decisiones y acciones significativas en los servicios públicos a todo nivel y habilite a la ciudadanía para implementar acciones climáticas locales.

Derechos:
Participación en planes, programas y políticas (2.2, 2.3.2, 2.3.3, 8.1.2 y 8.1.4)

La complejidad de la adaptación enfrenta a Chile a la necesidad de cumplir una serie de condiciones, como contar con una gobernanza climática amplia y representativa de los diferentes actores sociales, que permita una capacidad de respuesta dinámica y flexible, que considere la incertidumbre y la velocidad de los cambios. Además, procesos participativos inclusivos y transparentes, de manera que atiendan a las necesidades específicas de los territorios frente a los impactos del cambio climático, considerando sus características sociales, culturales y expectativas de desarrollo. También la generación de alianzas entre el sector público y privado para optimizar el diseño e implementación de acciones de adaptación.

En el nivel de la gobernanza climática, la estructura incluye procesos de participación ciudadana a nivel central y regional.

La Estrategia de Transición Justa contempla entre sus pilares la transición con foco en las personas, esto significa que se deberán diseñar y ejecutar acciones de manera participativa durante el proceso de cierre y/o nuevos usos de los espacios e infraestructura de las centrales a carbón. También incluye una gobernanza participativa y articulación público-privada construida a través de procesos participativos de diálogo social y que acompañe todo el proceso de cierre de las centrales a carbón.

La Acción por el Empoderamiento Climático (ACE), reconoce que las políticas y estrategias de mitigación y adaptación ante el cambio climático u otras problemáticas requieren de un importante consenso ciudadano y participación de todos los grupos de interés de la sociedad civil en todos sus niveles y ámbitos de acción.  

Con relación al financiamiento climático subnacional, el Grupo de Acción y Financiamiento Climático Comunal y Regional (Subnacional)» (GAFiCoR) propuso en los objetivos de su estrategia promocionar el involucramiento del sector privado en la acción climática a través del financiamiento climático y del fortalecimiento de las capacidades subnacionales complementarias, con apoyo y participación de la sociedad civil, y la academia, promoviendo la transparencia en esta materia.

La Estrategia contempla promover la participación de la ciudadanía en la elaboración, actualización e implementación de políticas, programas, planes y acciones de cambio climático, con especial énfasis en la participación de las comunidades más vulnerables a sus efectos, así como a los grupos de personas menos representadas aplicando un enfoque intergeneracional

Derechos:
Educación ambiental (2.3.3, 8.1.2-2, 8.1.2)

La Estrategia de Desarrollo de Capacidades y Empoderamiento Climático de Chile tiene el objetivo de fortalecer las capacidades nacionales, regionales y locales, de las personas y organizaciones tanto públicas como privadas, de la academia y la sociedad civil, que permitan alcanzar las metas de mitigación y adaptación del país, abordando cinco componentes, a) Información y participación para el fortalecimiento de la acción climática; b) Fomento de la generación de capacidades; c) Investigación y Ciencia para la Acción Climática; d) Sensibilización y Educación para la Acción Climática y e) Cooperación e Intercambio de Experiencias.

Sensibilizar y educar ambientalmente a niñas, niños, jóvenes y adultos, a través de la educación formal en todos sus niveles (parvularia, básica, media y superior), y de la educación no formal e informal, para el empoderamiento climático sensible al género, que permita estimular la participación de la población en la búsqueda y puesta en marcha de soluciones transformadoras para enfrentar la urgencia climática, así como promover la formación ética ambiental en estudiantes universitarios y de formación técnico profesional. También generar en la población conocimientos, valores, actitudes y habilidades para la movilización y participación de las comunidades y agentes locales en la gestión climática con un foco especial en la inclusión de pueblos indígenas, grupos más vulnerables de la sociedad y con la inclusión de la variable de género.

Género (4.2)

El diseño e implementación de las medidas de adaptación, buscará disminuir las brechas de género, comprendiendo de mejor forma el impacto diferenciado del cambio climático sobre hombres y mujeres, promoviendo la participación cualitativa y cuantitativa de las mujeres. Se identificarán las brechas de género en diversos sectores y la información se desagregará por sexo.

Minería (5.2)

Se presentan las metas del sector minería por ejemplo: desarrollar estrategias y/o proyectos de manera colaborativa, fomentando la participación directa de comunidades aledañas y pueblos indígenas; armonizar el desarrollo de la actividad minera con el medio ambiente impulsando proyectos para reducir el uso de agua dulce fresca en sus operaciones; liderar el modelo de economía circular con un foco en el desarrollo de soluciones locales, reutilización de residuos e infraestructura y uso  eficiente de recursos, entre otros.

Pueblos indígenas (2.3.3, 4.2)

La Estrategia consideran las buenas prácticas de comunidades locales y pueblos indígenas como un aporte a la conservación, la mitigación y adaptación del cambio climático, por lo que se visibilizarán las buenas prácticas y conocimientos ancestrales para promover su incorporación en la elaboración de los instrumentos de gestión del cambio climático a nivel nacional, sectorial y subnacional. En 2023 se creará una plataforma para visibilizar y difundir estas prácticas, para lograr este objetivo, habrá procesos de participación que alimentarán la plataforma. Se evaluará la vulnerabilidad de las comunidades locales y pueblos originarios frente al cambio climático considerando posibles soluciones de adaptación propias de su cultura y sociedad, con el objetivo de incorporar soluciones de adaptación que atiendan a sus necesidades específicas y les permita aumentar su resiliencia frente a los riesgos climáticos a los que están expuestos. Este objetivo se masterizará a través de diálogos indígenas considerando el apoyo técnico y financiero del Fondo Verde del Clima.

El diseño de instrumentos y medidas de adaptación priorizará a los grupos vulnerables y pueblos indígenas por la afectación que agrava sus condiciones de vulnerabilidad debido a la relación y dependencia de los recursos naturales que están siendo afectados por el cambio climático.